COMENTARIO DE TEXTO HISTÓRICO: https://www.dropbox.com/s/h4t233ub570hnao/COMENTARIO%20DE%20TEXTO%20HIST%C3%93RICO-%20FRAGMENTOS%20DEL%20EDICTO%20DE%20EXPULSI%C3%93N%20DE%20LOS%20JUD%C3%8DOS.doc?dl=0
La construcción del Estado Moderno.
Expansión ultramarina y
creación del imperio colonialLa construcción del Estado Moderno.
Suben al trono Isabel la Católica (1451-1504) y Fernando
de Aragón (1452-1516) que unifican España con la Conquista de Granada. Con la
llegada de los Reyes Católicos, aparece una nueva etapa histórica,
caracterizada por el orden, la paz social, el respeto a las leyes y la grandeza
de la monarquía en contraposición al caos de reinados anteriores. También
propugnan la uniformidad religiosa, el arte y la cultura progresan mucho. Se
descubre América. Fernando el Católico continúa la expansión por el
Mediterráneo.
Los Reyes Católicos y la unidad dinástica: integración de las Coronas de
Castilla y Aragón
En 1469 tuvo lugar el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Ambos pertenecían a
las familias reinantes en Castilla y Aragón. donde reinaban diferentes ramas de
la dinastía Trastámara.
Tras morir Enrique IV estalló la guerra civil en Castilla. La hermana, Isabel
de Castilla, que contaba con el apoyo de Aragón, y la presunta hija, Juana "la Beltraneja",
apoyada por Portugal, se enfrentaron en un conflicto que culminó con la batalla
de Toro en 1476 y la paz de Alcaçovas con Portugal en 1479.
Isabel I era reconocida como reina de Castilla.
Ese mismo año de 1479, Fernando I era coronado rey de Aragón.
Culminaba la unión dinástica entre los dos reinos más poderosos de la
península. Los nuevos reyes se aprestaron a conseguir la unión peninsular bajo
su corona.
En enero de 1492 culminó la conquista del reino nazarí de Granada.
Acababa así la Reconquista y la presencia musulmana en la península.
Con Portugal, las ya conocidos como Reyes Católicos, intentaron
infructuosamente la unión matrimonial.
Finalmente, tras morir Isabel, Fernando el Católico conquistó Navarra en 1512. En 1515
se declaró la unidad de Navarra a Castilla.
Anteriormente, con la firma del tratado de Barcelona en 1493,
Aragón había recuperado de Francia los territorios ultrapirenaicos del Rosellón
y la Cerdaña, y, Castilla había concluido en 1496 la conquista de
Canarias.
Había concluido el proceso de unificación de España. La
unión era, sin embargo, una unión dinástica. Bajo los mismos
monarcas, los distintos reinos siguieron manteniendo diferentes leyes e
instituciones.
Los Reyes Católicos y la organización del Estado : instituciones de
gobierno
Con los Reyes Católicos protagonizaron una gran labor de fortalecimiento
del poder de los monarcas. La tarea, iniciada durante los años de la guerra
civil en Castilla, continuó a lo largo de todo su reinado. Isabel y Fernando
pusieron fin al conflicto entre poder nobiliar y poder real que había
caracterizado a la Baja Edad Media. Con los Reyes Católicos la autoridad de los
monarcas fue restaurada y se consolidaron las instituciones de gobierno y la
hacienda pública.
La reorganización del sistema de Hacienda fue una primera y
necesaria medida de los monarcas. Adoptada en las Cortes de Toledo de 1480, se
revisaron las mercedes (concesiones a los nobles) efectuadas durante el
reinado de Enrique IV. Esta medida, que perjudicó esencialmente a los nobles
que habían apoyado a Juana "la Beltraneja", permitieron a los
monarcas rescatar más de la mitad de sus rentas
En 1476, en las Cortes reunidas en Madrigal de las Altas Torres, se aprobó
la constitución de la Santa Hermandad. Organismo policial y judicial,
que ejercía también una importante labor en la recaudación de impuestos. La
Santa Hermandad fue clave en la restauración de la paz y el orden en el reino.
En 1480 se reorganizó el Consejo Real, dando el papel central a los letrados,
salidos de las Universidades con sólida formación jurídca. Los nobles quedaron
relegados a un papel meramente consultivo.
El poder real también se reforzó en el ámbito local con la generalización
de los corregidores. Delegados del poder de los monarcas en villas y
ciudades, presidían los ayuntamientos y tenían funciones judiciales y
policiales.
Otras medidas importantes fueron el control real de las Órdenes
Militares (Santiago, Calatrava, Alcántara) y el fortalecimiento de la
administración de la justicia, con dos Reales Chancillerías, sitas en
Valladolid y Granada.
En la Corona de Aragón, debido a su tradición política "pactista"
el poder monárquico tuvo muchas más dificultades en fortalecerse. No obstante,
el poder de los lugartenientes generales, importantes por la frecuentes
ausencias de Fernando I, fueron reforzados.
Los Reyes Católicos: la integración Canarias
y la aproximación a Portugal
La Corona de Castilla y Portugal fueron rivales sobre los derechos de
conquista de las islas Canarias. Finalmente, en 1479, Portugal renunció a las
islas por el Tratado de Alcaçovas.
En 1478, los Reyes Católicos ordenaron la conquista de Gran Canaria. En
1493 fue anexionada la isla de La Palma, y la unión a Castilla concluyó en
1496 con la conquista de Tenerife.
Con respecto a Portugal, los Reyes Católicos utilizaron la política
matrimonial de forma sistemática como un instrumento de la política
exterior:
•
En 1490, casaron a su hija Isabel con el príncipe Alfonso
de Portugal, hijo primogénito del rey Juan II.
•
La muerte de Alfonso en 1491 y la del rey Juan
II en 1495 dejaron como heredero al hermano del monarca, Manuel el Afortunado. En 1497, Manuel
se casó con Isabel, viuda del anterior rey, Alfonso.
•
Isabel murió en 1498 en el parto de su hijo Miguel, quien murió
dos años más tarde. De nuevo, la diplomacia matrimonial funcionó y la infanta
María, hija también de los Reyes Católicos, ocupó su lugar como esposa de
Manuel.
Pese a que esta política matrimonial no dio resultado inmediato,
posteriormente en virtud de esta compleja red de relaciones familiares, Felipe
II reclamó con éxito en 1580 el trono de Portugal, al morir sin
descendencia el rey Sebastián.
El descubrimiento de América en 1492 por Cristóbal Colón fue uno de los hechos
más importantes de la historia europea y condicionó la evolución política,
social y económica de los siglos siguientes.
Es posible que durante la Edad Media llegasen algunas expediciones
nórdicas a la costa de Norteamérica, pero, ya desde comienzos del siglo XV,
portugueses y castellanos habían iniciado un intento de llegar a Oriente (las
Indias), proveedor de especias y de productos de gran valor, mediante un camino
alternativo a las rutas tradicionales del Mediterráneo oriental.
Las crecientes dificultades del Imperio Bizantino, que finalmente caería
con la toma por los turcos de Constantinopla en 1453, forzaron a los
europeos occidentales a buscar rutas alternativas a Asia.
Fruto de estas expediciones fue la conquista castellana de las islas
Canarias, que comenzó en 1402 por la isla de Lanzarote y concluyó en 1496
con la conquista de Tenerife.
El descubrimiento de América
A finales del siglo XV parecía claro que los portugueses se habían
adelantado a los castellanos en la conquista de la ruta de las especias y de
los metales preciosos, gracias al dominio que ya ejercían sobre la costa
occidental africana. En este momento, Cristóbal Colón, que había
estado a las órdenes del rey de Portugal, ofreció a los Reyes Católicos
el proyecto de llegar a las Indias siguiendo una ruta hacia el oeste en
lugar de bordeando todo el continente africano. Para poner en práctica su
proyecto, Colón partía de la idea de la esfericidad de la Tierra,
cuestión controvertida en la época. Finalmente, por las Capitulaciones de Santa Fe, los Reyes
Católicos acordaron con Colón el inicio de la expedición.
El 3 de agosto de 1492 Colón inició su viaje saliendo del puerto de Palos
de la Frontera en Huelva. La expedición de tres naves llegó a
una pequeña isla de las Antillas el 12 de octubre.
LOS REYES CATÓLICOSSuben al trono Isabel la Católica (1451-1504) y Fernando de Aragón (1452-1516) que unifican España con la Conquista de Granada. También propugnan la uniformidad religiosa, el arte y la cultura progresan mucho. Se descubre América. Fernando el Católico continúa la expansión por el Mediterráneo.
Los Reyes Católicos: entre el amor y la política
El de
Isabel y Fernando no fue un matrimonio por amor (muy pocos lo eran), pero la
pasión y el afecto tuvieron su lugar en una unión determinada por la razón de
Estado.
El matrimonio de los Reyes Católicos,
realizado cuando ambos eran unos adolescentes y ninguno de ellos era rey ni
tenía seguridades completas de llegar a serlo, tuvo consecuencias
trascendentales para la historia de España, e incluso del mundo, pues conllevó
la unión de Castilla y Aragón, el fin de la Reconquista o el descubrimiento de
América. Pero a la vez el enlace revistió una dimensión personal no menos
interesante para el historiador. Aunque en su origen la unión estuvo dictada
por razones de conveniencia política, desde los primeros momentos se advirtió
entre los esposos una compenetración especial. En ello no faltó la pasión
amorosa, en el caso de Fernando sobre todo en las fases iniciales del
matrimonio, cuando en sus cartas a la reina aludía al mal que le causaba la
separación o se presentaba como amante despechado; a Isabel, más discreta pero también más
constante, la dejaban en evidencia sus recurrentes accesos de celos.
Este afecto mutuo no impidió que entre los
cónyuges surgieran desavenencias pasajeras, por ejemplo por el empeño de Isabel
en hacer visible que ella era la “reina propietaria” de Castilla, mientras que
Fernando en Castilla era simple rey consorte, aunque le otorgara plena facultad
de mando. Con el tiempo entre ambos se impuso una complicidad basada en sus
comunes intereses políticos pero también en la preocupación compartida por la
suerte de sus hijos. La muerte del príncipe heredero Juan, en 1497, supuso un
duro golpe para ambos, agravado por el fallecimiento de su otra hija mayor,
Isabel, y del hijo de ésta, Miguel, heredero del reino. La sucesión pasó
entonces a su tercera hija, Juana, cuyos desequilibrios psicológicos amargaron
los últimos días de la reina Isabel, fallecida cuando tenía poco más de 50
años, en 1504. Fernando escribió entonces: "su muerte es para mí el mayor
trabajo que en esta vida me podría venir…" La juventud y los años de
plenitud de la monarquía unificada se habían esfumado, ante un futuro que no se
sabía aún qué depararía.
Tuvo un doble
objetivo: primero, la unidad peninsular, a través de enlaces con la corona
portuguesa; segundo, el aislamiento de Francia, al ser el país que se oponía
a nuestra política en Italia (a la conquista de
Nápoles y después, en el reinado siguiente de Carlos I, a la conquista de
Milán).
La unión de Aragón y Castilla supuso una política exterior única y
un cambio en la tradicional orientación de la política exterior castellana,
basada en la amistad con Francia. La monarquía hispana heredó, por tanto, la
política mediterránea de Aragón, reanudando las disputas con Francia por el
dominio de Italia. Para cercar diplomáticamente a Francia se diseñó un doble
matrimonio con el imperio alemán (Sacro Imperio Romano Germánico) y el Ducado
de Borgoña (Países Bajos), completado con otro matrimonio con Inglaterra.
Así, el príncipe Juan, primogénito de los Reyes Católicos, y su hermana
Juana, se casaron, respectivamente, con Margarita y Felipe, hijos de
Maximiliano de Austria y María de Borgoña. La princesa Catalina se
casó inicialmente con Arturo, príncipe heredero de la corona inglesa y, a la
muerte de éste, con su hermano, el rey Enrique VIII.
La aproximación a Portugal se concretó con el matrimonio de Isabel, su hija mayor, con Alfonso, heredero del trono portugués y, muerto éste, con el nuevo rey de Portugal, Manuel I. Tras la muerte de Isabel como consecuencia de su primer parto, Manuel I se casó con la hermana de ésta María.
La aproximación a Portugal se concretó con el matrimonio de Isabel, su hija mayor, con Alfonso, heredero del trono portugués y, muerto éste, con el nuevo rey de Portugal, Manuel I. Tras la muerte de Isabel como consecuencia de su primer parto, Manuel I se casó con la hermana de ésta María.
Los matrimonios de los hijos de Isabel y Fernando
El 'desquite' de Catalina.
La hija pequeña de los Reyes Católicos
fue prometida en matrimonio al príncipe Arturo cuando sólo tenía
tres años . A los cinco meses del matrimonio,
Arturo fallece y posteriormente Catalina se casará con el hermano de
éste, Enrique VIII, el cuál tuvo cinco esposas más tras un reinado sanguinario.